sábado, 10 de noviembre de 2012

Los Lakers renacen con Kobe y Pau. |10|11|12|


Liberados de las ataduras de un sistema ofensivo en el que nunca acabaron de sentirse cómodos, Los Ángeles Lakers reaccionaron al despido del técnico Mike Brown y derrotaron a los Golden State Warriors (101-77) con una imagen más sólida y entonada, a la que contribuyó la aportación del banquillo.

El banquillo local aportó 37 puntos.Kobe Bryant fue el mejor del choque con 27 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias, seguido por Pau Gasol con 14 tantos y 16 rebotes. Por su rival, que acusó la baja del pívot Andrew Bogut, destacó Stephen Curry, con 18 puntos.
Más sueltos que de costumbre y con una mayor intensidad defensiva, los Lakers, entrenados por el hasta hoy técnico asistente Bernie Bickerstaff, se mostraron de inicio concentrados y con seguridad en su juego, con un Bryant decidido a liderar a los suyos en ataque y suministrar e balones asiduamente a Gasol y Howard en el poste bajo.
Sin embargo, su falta de acierto en el tiro -empezaron con 3/3 y siguieron con un pésimo 4/18- permitió a los de la bahía de San Francisco liderar el marcador gracias a los puntos de Curry y Klay Thompson, al menos hasta que un par de triples del reserva Darius Morris dieron un vuelco a la situación.
Jordan Hill, también saliendo desde el banquillo, ayudó a mantener la energía e intensidad (33-26) a pesar de la mala noche de su equipo desde la línea de tres (3/12, al ecuador del segundo periodo), al mismo tiempo que Bryant y Gasol volvían a asumir protagonismo para dejar a los de púrpura y oro al frente al descanso (47-38).
La nota positiva para los locales: perdieron el balón solo en siete ocasiones en los primeros 24 minutos y mantuvieron a su rival en un porcentaje de tiro del 22 por ciento en el segundo cuarto.
Los Warriors, con un Curry abrumador, apretaron tras regresar de los vestuarios y consiguieron un parcial a su favor de 0-7 (47-45), mientras que los Lakers amenazaban con derrumbarse.
No ayudaban el 0/10 en tiros de Metta World Peace ni la raquítica aportación ofensiva de Howard -de nuevo con problemas de faltas-, pero las acciones de Bryant parecían suficientes.
En medio de ese desaguisado surgió un grito al unísono en el Staples Center: "We want Phil!", exclamaba el público, en alusión a Phil Jackson. Esa situación pareció devolver a la vida a los locales, que consiguieron un parcial de 10-0 para volver a dispararse en el marcador (64-50).
Finalmente Peace anotó su primera canasta -un triple celebrado tirando besos a los espectadores- y los de Bickerstaff ya no volvieron a temer por el partido, manteniendo un ritmo alto de juego incluso con los secundarios en pista y disfrutando de rentas que rondaron los 25 puntos (89-63).
Los espectadores respiraban aliviados. Y con más energía arreciaba el clamor: "We Want Phil!". ¿Les será concedido su deseo?

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